martes, abril 14, 2009

Los chicos desaparecen en Nueva York

VIDEOTECA DEL SUR en New York
1989 – 2009
20 Aniversario
MILLENNIUM FILM WORKSHOP | 66 East 4th Street
Entre Bowery y 2nd Ave., Bajo Manhattan
Tren F to 2nd Ave. o #6 to Blecker St.




PROGRAMA
Abril - Junio 2009


Cada martes a las 7:30pm

Abril 7
LA CIUDAD DE LOS FOTÓGRAFOS
Dir.: Sebastián Moreno / CHILE / 2006 / 80’
Durante la dictadura de Pinochet, un grupo de chilenos fotografió las protestas y la sociedad del país en sus más variadas facetas. En la calle, al ritmo de las protestas, estos fotógrafos se formaron y crearon un lenguaje político.






Abril 14
TRIBUTO AL MAESTRO CUBANO HUMBERTO SOLÁS
UN HOMBRE DE ÉXITO
Dir.: Humberto Solás / CUBA / 1986 / 116’
Con: César Evora, Daysi Granados, Jorge Trinchet, Raquel Revuelta.
Javier se enfrenta a su hermano, a su familia, a su amante con un sólo un objetivo en su vida, el éxito que está más allá de cualquier lealtad. El director, Humberto Solás, con mano maestra, ha sabido transitar con delicadeza y profundidad toda una época.




Abril 21
BURUNDANGA BORICUA
Dir.: Poli Marichal / PUERTO RICO / 1983 /18’
Corto experimental que cuestiona la realidad histórica y social puertorriqueña. Filmado en cine 8mm y transferido a16mm.

EL CANDOR DE LOS NICARAGÜENSES
Dir.: Kazuko Nishikawa / NICARAGUA / 2005 / 65’
La invasión española, la intervención norteamericana e inglesa, la dictadura de los Somoza y la Revolución Sandinista muestran cómo la dolorosa y problemática historia de Nicaragua ha afectado a la niñez, la educación y la formación espiritual de sus habitantes.




Abril 28
LOS CHICOS DESAPARECEN
Dir.: Marcos Rodríguez / ARGENTINA / 2007 /
Con: Norman Briski, Lorenzo Qunteros, Ricardo Ibarlin, Umbra Colombo.
Macias Möll, dueño de una relojería del barrio, pasa sus días rodeado de relojes y envuelto en cálculos sobre el tiempo. Guiado por un profundo deseo, todas las tardes, a las seis en punto intenta obstinadamente bajar tiempos y se lanza por las rampas de la plaza en su silla de ruedas. Así es feliz. Rodeado de niños que lo vitorean.





Mayo 5
GAY PANAMA
Dir.: Abner Benaim / PANAMA / 2005 / 20’
Programa de la serie El otro lado que, a través de un recorrido por la ciudad y de entrevistas deja entrever la realidad de la población homosexual en Panamá.

MUJER GUERRILLA
Dir.: Colectivo Patitos / MEXICO / 2007 / 68’
Cuatro mujeres de cuatro grupos insurgentes con cuatro experiencias y cuatro puntos de vista sobre la guerrilla en México durante la década de los setenta. Cada una de ellas narra y hace un balance de lo que significó y significa un compromiso vital con la construcción de otro mundo posible y necesario.




Mayo 12
LA SOMBRA DEL CAMINANTE
Dir.: Ciro Guerra / COLOMBIA / 2003 / 90’
Con: César Badillo, Ignacio Prieto, Inés Prieto, Lowin Allende, Julián Díaz.
Mañe ha perdido una pierna y por ello no puede conseguir empleo. Mientras recorre las calles conoce a un hombre que se dedica a cargar gente a su espalda por el centro de Bogotá. Ambos comparten el pasado que ha acompañado a los colombianos desde siempre.




Mayo 19
HISTORIA CHIQUITA QUE CRUZA UN OCÉANO
Dir.:Sesi Bergeret / URUGUAY - SPAIN / 2004 / 45’
Historia de una pareja joven que salió del Uruguay en 1972, cuando la dictadura militar era inminente. Un viaje de estudiantes alrededor del mundo, durante la cual decidieron quedarse temporalmente en Barcelona. Y nunca volvieron.

DEPOIS DA FESTA
Dir.: Karina Fogaça / BRAZIL / 2007 / 50’
Retrata el cotidiano de la población ‘caiçara’ de la región de Ilhabela, ubicado en el litoral norte de la provincia de Sao Paulo, Brasil, y los progresivos cambios en el medio ambiente frente al proceso de ocupación del turismo.




Mayo 26
LO MÁS BONITO Y MIS MEJORES AÑOS
Dir.: Martín Boulocq / BOLIVIA / 2006 / 96’
Con: Juan Pablo Milán, Alejandra Lanza, Roberto Guilhon, Alicia Saavedra.
Pensando en salir de Bolivia, Berto se propone vender automóvil que heredó de su abuelo. Así, junto a su mejor amigo Víctor, comienzan a dar vueltas por la ciudad para tratar de vender el vehículo. Camila se une a ellos rompiendo así la monotonía de sus esforzados momentos como vendedores.




Junio 2
MAR DE FUEGOS
Dir.: Pepe Yepes / ECUADOR / 1992 / 21’
Diferentes personas hablan del fuego o capacidad para confrontar la vida. Pero la realidad a veces sobrepasa estas capacidades especialmente la de los que están en desventaja.

ENTRE LOS MUERTOS
Dir.: Jorge Dalton / EL SALVADOR / 2006 / 60’
En El Salvador, uno de los países más violentos, donde la muerte se ha convertido en un hecho cotidiano, una comunidad entera vive dentro de un cementerio capitalino, mientras en el interior del país, se acostumbra a enterrar a los seres queridos en los patios de las casas.

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Junio 9
LA CLASE
Dir.: José Antonio Varela / VENEZUELA / 2007 / 113’
Con: Carolina Riveros, Laureano Olivares, Darío Soto, Zair Montes.
Tita es una joven promesa del violín, que vive en un barrio caraqueño. Ser parte de una orquesta sinfónica le da la mayor satisfacción, pero su permanencia en ella está en peligro. A Tita le llega la oportunidad de escapar a un mundo nuevo, diferente al que conoce, pero el destino de un país la lleva a una encrucijada definitiva.

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Junio 16
BAJO EL TACANA
Dir.: Isabel Vericat / GUATEMALA - MEXICO / 2007 / 26’
Sigue los pasos de emigrantes detenidas en puntos de control así como a mujeres a punto de ser deportadas en la estación migratoria de Tapachula, en la frontera de México-Guatemala.

LIMA WAS!
Dir.: Alejandro Rossi / PERU / 2004 / 56’
Jóvenes indígenas que crecieron el Lima hallan una comunidad y un sentido de vida preparándose para la competencia del ‘hauylarsh’, una competencia de baile que celebra un antiguo ritual quechua que aun se practica en las comunidades.

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Junio 23
INDIFERENCIA
Dir.: Roberto Román / COSTA RICA / 2007 / 13’
Retrato de la ciudad de San José de Costa Rica, donde la vida cotidiana, su gente y sus oficios, se entremezclan con la indiferencia hacia los indigentes y marginados.

LA ISLA DE LA JUVENTUD
Dir.: Ana Laura Calderón / CUBA / 2007 / 72’
Filme que nos sumerge en un íntimo y movido viaje en un enigmático lugar, promesa del paraíso: Isla de la Juventud, en Cuba. Gracias a la memoria colectiva de la gente mayor de la zona es posible conocer los sueños y desengaños de sus propios habitantes.

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Junio 30
¿BUENA JUGADA?
Dir. Rafael Madera / DOMINICAN REPUBLIC / 2001 / 13'
La realidad de dos sujetos cuyos deseos encontraran validez tan solo en un momento fugaz de sus respectivas existencias. Basado en el cuento de Félix Manuel Lora "Sentado y con Mujer".

EL ÚLTIMO CONFIN
Dir.: Pablo Ratto / ARGENTINA / 2007 / 60’
La historia de cuatro familias de personas que desaparecieron durante la dictadura militar en Argentina (1976–1983), y que pudieron recobrar los restos de sus seres queridos 26 años más tarde. Esto gracias al Equipo Argentino de Antropología Forense, encuentra y exhuma una fosa común situada en el cementerio de San Vicente, en la ciudad de Córdoba.

miércoles, abril 08, 2009

Pequeño diario de viaje durante la lectura de La cisura

Texto de Miguel Russo para la presentación de la novela en El Ateneo de La Plata

Como si fuera otra cisura de Gabriel, podría arrancar diciendo “escribo porque no puedo hablar”. Pero sería absolutamente deshonesto. Debería decir, escribir, quiero empezar una novela con esa frase y este tipo me ganó de mano. A partir de este momento, del momento de la lectura, sólo me queda remedar la frase, adoptar poses académicas y hablar de palimpsestos o dejar de escribir. Mientras me decido por alguno de los tres caminos, sigo la lectura.

Los libros no me cambian la vida, me remiten a otros libros. Hablo, escribo, de los libros buenos. La Cisura…me hace acordar que hace unos diez años, más tirando a más que a menos, me llamaron para presentar un libro de un escritor español muy poco conocido en el país. Había sido elegido por la sencilla razón de ser el único, al parecer, en haber leído esa novela. El orden alfabético, se llamaba, y en la historia, el personaje iba perdiendo letras, por lo cual la novela se tornaba, a cada página, más enloquecida. Arranqué diciendo, escribiendo, que Juan José Millás (el autor en cuestión) estaba loco. Millás me miró de costado, españolísimo, y no me dirigió la palabra en toda la presentación. Me lo merecía. Diez años después, más tirando a más, este libro me remitió a aquel libro por el sólo (sólo, digo, escribo, y me agarra un ataque) argumento de la relación de un autor y un personaje con el lenguaje. Anoto, digo, escribo: no decir que Gabriel Báñez está loco, ni siquiera en broma.

Hablé tres o cuatro veces con Gabriel por teléfono y lo vi una vez, Más allá de ese odio envidioso que me crece a cada página que dejo atrás en la lectura, sé de él, por ejemplo, que una vez no fue a la presentación de un libro propio. Dijo, en aquella oportunidad, o después, cuando le recriminaron la ausencia, “soy un escritor desapercibido”. La frase me remite a un libro que estoy leyendo casi a la par de La cisura…: Héroes sin atributos. Un ensayo sobre la desapercibición (perdón, digo, escribo, por la palabrita) de los personajes de algunos autores: Gombrowicz, Macedonio, Saer, entre otros. Pienso, también, aunque el autor del ensayo no pensó en él, en Onetti. Recordando a Onetti, recuerdo una anécdota suya que lo empadra con el padre de Rolando de La cisura…Cuenta Onetti que, de pibe, para leer tranquilo, se hacía bajar por su hermano Raúl a un aljibe, enganchado en un balde. Bajaba con un banquito, una jarra de limonada y un ejemplar del Eclesiastés. Cada vez que el padre de Rolando recita a los gritos pasajes del Eclesiastés, recuerdo a Onetti con diez o doce años, sentado en una sillita de mimbre en el fondo de un pozo y no puedo parar de sentir cómo crece la envidia.

Alguien me comenta que dijo Báñez que la mayoría de sus argumentos viven en La Plata porque carece de mitología. Anoto que me dicen que Gabriel dijo: “La Plata es ensayo y Berisso es novela”. Anoto: hay que tener agallas para decir eso y seguir escribiendo, en La Plata, en Berisso o en cualquier lado. Pero claro, leyendo La cisura…compruebo que lo de Báñez es una cuestión de sinceridad. Diría Onetti, pero podría sencillamente decirlo Báñez: “Escribir Hambre, a la Knut Hamsun, por supuesto, y pesar cien kilos es un asunto grave. Pergreñar endemoniados a la Dostoievsky y preocuparse de los mezquinos aplausos del ambiente intelectual lugareño es motivo de desconfianza”. Sigo leyendo a Gabriel-Rolando-padre y madre-La Plata, una ciudad que día a día aprendo a desconocer. Y me dicen, no me interrumpen, los que me dicen son como personajes de Gabriel entrando y saliendo de su novela, me dicen que Gabriel dijo algo así como que La Plata era “una ciudad rusa de provincia, muy bella, espaciada, grandes avenidas y edificios públicos, serios problemas de identidad”. Me quedo tranquilo. Quedarse tranquilo, anoto, digo, leyendo La cisura de Rolando, es estar hecho una pila de nervios.

Me pregunto, escribo: ¿por qué no quiero que Rolando empiece a hablar?

Anoto una perplejidad. Las perplejidades, al leer a Báñez son moneda corriente. La cisura…me remite a La revolución es un sueño eterno. Rolando a Castelli. Trato de pensar en una diferencia entre el siglo XIX y el siglo XX. Castelli, con su mudez, analiza la revolución. Rolando, con la suya, analiza el yo. No hay caso, es demasiado poco para intentar una novela que disipe, un poco al menos, la envidia. Tacho todo. Encima, llega otro personaje y me avisa que Gabriel dijo “Madre es lenguaje, padre es escritura. La lucha es siempre con la palabra”.

Gabriel sigue transmitiendo con su Rolando. Mejor dicho: Rolando me sigue transmitiendo por medio de Báñez. Creo que ese silencio hecho palabra es la mejor clase de literatura que recibí en mucho tiempo. Es la fuerza de un escritor. Lo que lo hace ser lo que es y hacer lo que hace.
Vuelo a Onetti porque lo dijo mejor de todo lo que puedo ensayar yo: Cuando un escritor pide a la literatura algo más que los elogios de honrados ciudadanos que son sus amigos, o de burgueses con mentalidad burguesa que lo son del arte, con mayúsculas, podré verse obligado por la vida a hacer cualquier clase de cosa, pero seguirá escribiendo. No porque tenga un deber a cumplir consigo mismo, ni una urgente defensa cultural que hacer, ni un premio ministerial para cobrar. Escribirá porque sí, porque no tendrá más remedio que hacerlo, porque es su vicio, su pasión, su desgracia.
Pucha, digo, anoto, no tener una frase como “escribo porque no puedo hablar”. Si al menos tuviera la mitad de una frase así.

Ojalá vaya Gabriel a la presentación.

Mejor decir las cosas en silencio

Texto de Juan Becerra para la presentación de La cisura en El Ateneo de La Plata

Lo único que tiene sentido es lo que no funciona, lo que falla, lo incompleto, lo que no se entiende. Es un principio bañeciano que sostiene una idea general sobre la literatura: la literatura es imperfección. Se hace con la imperfección y su horizonte –no importa dónde esté-, es lo imperfecto. La cisura de Rolando es la prueba de este principio. Pero aquí la falla es biológica. Hay una cisura en Rolando, una rotura de la perfección funcional (una abertura imperceptible que en los hechos se manifiesta como un abismo) a la que Gabriel Báñez le da u tratamiento artístico.
La habilidad del habla, una habilidad naturalizada por el hábito, se pierde de golpe mientras se va construyendo una habilidad mayor: la de la escritura, un artificio más refinado que el de hablar (hablar, habla cualquiera), un arte, que a si vez comienza a naturalizarse de un modo monstruosos. ¿Qué ocurriría si todos fuésemos mudos? Sencillamente, evolucionaríamos hacia un nuevo arte del sentido, un arte del silencio en el que todos los hombres del mundo serían escritores, por lo que el sentido no se daría por supuesto: habría que buscarlo.
Lo que ocurre con Rolando es que siente el silencio. Lo siente como un expresionismo luminoso pero incomunicable. El arte de la escritura se convierte en un arte de la introspección, una lectura de la profundidad personal y, al mismo tiempo, en una refutación del habla como instrumento del sentido.
Pero pasemos a las máquinas que fallan. En la máquina que falla, Gabriel retoma un tópico desdeñado de la literatura argentina: el de los inventos bizarros de Roberto Arlt, fórmulas impracticables, desechos mecánicos, en los que se apoya un sueño tristísimo de gloria: el que antecede (y lo antecede toda la vida) al batacazo, es decir al milagro como producto de la voluntad.
Pero de La cisura de Rolando no nos importan las relaciones entre las máquinas que fallan respecto de las máquinas que andan –no nos importan sus rendimientos, ni sus consumos ni prestaciones-, sino entre aquellas que lo hacen para los otros y estas otras lo que hacen para uno. Los inventos de Báñez son moralmente superiores a los de Arlt porque allí donde los últimos persiguen la gloria (y, ni qué decirlo, fracasan), los primeros son dispositivos románticos de supervivencia individual (y triunfan a medias).
Frente a la megalomanía del invento propio pensado para la posteridad, los recursos tecnológicos que utiliza Rolando ya han sido inventados. ¿Cuál es la gracia, entonces? ¿Hay muchas gracias? ¿No hay ninguna? Hay una sola: el tipo de uso. Porque así como reconoce las propiedades de esos recursos: amperímetros, antenas, radios, baterías, trasmisores de código Morse (un lenguaje sonoro que sin dudas emula el de una arritmia cardíaca), ese reconocimiento solo sirve para producir un malentendido, un desvío y una fuga hacia una zona de comprensión donde cada máquina fallida, colocada frase de la novela, solo tiene sentido por lo que, aún y sobre todo funciona mal, puede decirle a su usuario de sí mismo.
La cisura de Rolando es una novela, encantadora, acerca de dos esferas de sentido irreconciliables: el interior y el exterior, pero no del mundo sino del cuerpo, el único mundo en el que verdaderamente vivimos. Sus dos bloques son muy claros. Se trata de dos experiencias complementarias de escritura, una incursión y una excursión, dos mitades de una misma materia narrativa que libran una guerra íntima menos para decidir un dominio sobre la historia que una identidad sobre el narrador. Hay dos Rolandos: el que habla (el Rolando superado) y el que solamente escribe. ¿Son los herederos más bien melancólicos que, como vimos, terminaron formando un solo esquizofrénico?
La enfermedad de Rolando es un misterio que, mientras dura, es un arte virtual narrado en el tono de una comedia de aprendizaje. Si el vacío ontológico que consiste en vivir pierde el ruido-placebo del lenguaje hablado (si un accidente o una cisura destapa ese hueco) esa verdad se manifiesta como lo que es: un silencio mortal, una música de nada. Por lo tanto la cura, automática, insondable, es un falso regreso que Rolando experimenta como quien regresa de una guerra que ha perdido para preguntarse: ¿hablar? ¿Para qué?
Hay muchos grandes momentos en La cisura de Rolando, cuya división separa cada vez con mejor definición visual y verbal sus dos bloques narrativos en una primera parte artística –allí vemos el arte insuperable de escribir sin saber-, y en una segunda que se repliega o regresa hacia las vulgaridades del habla, lo que no necesita del arte para ser dicho sino de la decisión de decir. Elijamos uno: aquel en el que Rolando siente que puede haber algún progreso en él y que su rotura podría soldarse con el empleo más o menos sostenido de una voluntad. Entonces, intenta pronunciar su nombre. Aquí la transformación, contra las expectativas de un principio modesto de cura, no es la de un avance sino la de un retroceso brutal que va del lenguaje hablado (la palabra) a la interjección preverbal, es decir al hombre bestia: Rolando, Rolando, yeee…Más se quiere decir, menos se dice. Mejor decir las cosas en silencio.