domingo, enero 07, 2007

Enfiestadas

Aportes científicos para una patología de origen viral


Acaba de ser distribuido en nuestro medio un texto de indudable rigor científico que aporta nuevos elementos de juicio y valor para la comprensión de un tema espinoso, sin duda tan polémico como permanentemente menoscabado: la infidelidad femenina. El libro pertenece al género divulgación y lleva por título Paradigmas y pulsiones en la mujer enfiestada. Su autor es el psiquiatra e investigador Murney Cáceres, quien lo elaboró luego de meses de trabajo apoyándose en los descubrimientos de laboratorio que hace un par de años se efectuaron en la Universidad de Maryland sobre el comportamiento del agente LP-S-14, más conocido como "virus de la enfiestada". En el libro, Murney Cáceres no sólo efectúa una minuciosa descripción del citado virus sino que incluye un anexo con los últimos avances de la comunidad científica en la materia así como testimonios de mujeres afectadas viralmente, fruto de un trabajo de campo llevado a cabo durante el año 2005 en ciudad de Panamá, de donde el profesional es oriundo.
Una de las primeras cuestiones que llaman la atención del virus LP-S-14 son sus características bioquímicas de comportamiento. "El virus de la enfiestada -señala Cáceres-, puede permanecer aletargado durante años, generando en la portadora la inequívoca convicción de que su sistema inmunológico lo ha rechazado. Nada más falso -subraya el autor-, el LP-S-14 posee en sus enzimas un productor molecular activo conocido como RTF (uno de los cientos de supresores neuronales que se encuentran en la región límbica de la corteza cerebral), cuya misión a nivel sináptico es crear la llamada inversión conductual de la afectada. En un rango de estima social -aclara-, a las mujeres que alojan el LP-S-14 en su organismo se las exalta atributivamente con un sinnúmero de virtudes y bondades, lo que es tan erróneo como comprensible: al incidir sobre la actividad neuronal de sus víctimas, el agente inhibe la resistencia de los anticuerpos (MT1) generando la llamada conducta asintomática o ejemplar. Mujeres más bien tímidas, hacendosas y modositas que apenas si llaman la atención o tienen vida social mediocre o nula, bien podrían estar enfiestadas hasta la médula", señala el Dr. Cáceres. "El virus -precisa el especialista- debe su resistencia a las biomoléculas (bm-2) que lo componen, y no existen hasta la fecha evidencias científicas que permitan inferir por qué o cuándo se torna activo".
Paradigmas y pulsiones en la mujer enfiestada es un texto riguroso que se abre asimismo a la doble perspectiva del historicismo psicoanalítico, aportando ejemplos múltiples y documentados de mujeres enfiestadas a lo largo de la Historia. Las referencias psicoanalíticas de casos célebres no se pueden obviar. Destaca Murney Cáceres en este aspecto: "Son harto conocidos los ejemplos clínicos de Freud, casos reverenciales de la literatura psicoanalítica tan célebres como El Hombre de los Lobos o Dora. Sin embargo, pocos han hecho hincapié en el caso Vera la Mosquita Muerta, primer antecedente objetivo de una paciente enfiestada cuyos síntomas precipitaron un abordaje equívoco". Cáceres nos recuerda que el propio Sigmund Freud admitió epistolarmente su pifia: "Le erré feo -admite con total honestidad intelectual en una de sus cartas a Lou Andreas-Salomé-, confundí histeria con algo probablemente orgánico aun no descubierto, no sé, para mí que es bacteria o virus...". Aunque sus presunciones estaban bien encaminadas, la historia del pensamiento moderno demuestra palmariamente que se han cometido numerosos errores con relación al invasor recientemente detectado. Acaso el equívoco más extendido haya llegado hasta nosotros por la vía del lenguaje caprichoso: al LP-S-14 se lo denominaba hasta no hace mucho fiebre uterina, luego ninfomanía y, más reciente y eufemísticamente, trastorno de la conducta sexual. En el capítulo "Lexicografía del enfiestamiento", Murney Cáceres incluye una larga lista de bajezas idiomáticas, producto todas de la ignorancia. No hace falta consignarlas.
El tramo más concluyente es no obstante aquel que el investigador panameño reserva a su trabajo de relevamiento testimonial. Más de un centenar de entrevistas le permiten formular algunas consideraciones de base: "Lo primero a tener en cuenta -dice-, es que el enfiestamiento se puede producir a cualquier edad. Sin embargo -advierte-, no es lo mismo una mujer de 30 que una de 50". Para Murney Cáceres, cuando el LP-S-14 ataca a las de 50 produce daños irreparables, de difícil acceso terapéutico, puesto que el virus ha desarrollado anticuerpos y es autoinmune en sus cíclicas mutaciones, presentando variaciones morfológicas del enfiestamiento social, profesional, deportivo, laboral, religioso, cultural, etc." Cita a continuación una evidencia contundente: M. L., anciana de Belice de 102 años, enfiestada hasta que murió. Pero no aclara la fecha de su deceso. Luego señala que estos casos son "rarezas de la bibliografía clínica". También nos recuerda que el ritmo de vida moderno propende a la proliferación del virus, creando las condiciones necesarias para su desarrollo y expansión. Una de las dificultades que presenta el microorganismo agresor es su alta resistencia a ser aislado. Comenta al respecto el Dr. Murney Cáceres: "Los métodos de la bioquímica molecular empleados para su aislamiento aun no han dado los resultados previstos, ello es así porque el virus enfiesta todo lo que toca; de todos modos, los investigadores continúan trabajando".
El capítulo central del ensayo ("Detección y etiología") está dedicado a la difusión y toma de conciencia del mal, ya que uno de los primeros aliados de este agente no es patógeno sino cultural. "Cuanto más sepamos del LP-S-14, más comprometida será su expansión y sus días estarán contados". A continuación, se hace una pregunta clave: "¿Cómo reconocer a una enfiestada?" Es crucial entender que aunque el virus tiende a enmascararse, hay rasgos que los íntimos y familiares de las infectadas deben aprender a interpretar. Murney Cáceres los expone según dos etapas o fases, como él las denomina. La fase 1 incluye: ansiedad, cambios de humor, vida social muy activa, tendencia a gastar dinero, cuidado excesivo del cuerpo, pantalla solar, tenis, cirugías estéticas, reuniones con amigas o ex compañeras de colegio y muchos mensajes de texto en el celular. Luego -señala-, en la fase 2 aparecen los rasgos del comportamiento degenerativo más profundo: amabilidad, buen humor, inclinación a las tareas del hogar, sentido del ahorro, súbita aptitud para las artes culinarias (el autor aquí también incluye lavado, planchado y jardinería), criterio comprensivo en una amplia variedad de temas y, fundamentalmente, menor emisión de palabras y obediencia ciega al criterio del cónyugue o compañero. "Lo más temible de esta fase 2 -advierte el profesional panameño-, es la rotunda constatación del ideal de mujer perfecta. Cuando ellas lo alcanzan, ya es muy tarde para nosotros". El capítulo siguiente está dedicado a las Madres ejemplares, paradigmas, subraya, del "enfiestamiento negro o perverso". El tramo posterior se ocupa de las auto-enfiestadas o mujeres invertidas que se adosan a las de su mismo sexo: "No son lesbianas como antiguamente se creía -explica-, son pacientes bajo los efectos del retrovirus 41-S-PL".
Las palabras finales de su exhaustivo y esclarecedor trabajo están dedicadas, no podía ser de otra manera, al género masculino: "Deseo que mi humilde aporte científico sirva de sustento moral y espiritual a la inclaudicable legión de cornudos que pulula en el planeta Tierra, esa masa anónima e infinita en constante expansión, siempre pujante y renovada. El objetivo central de mi libro no ha sido otro que el de sepultar prejuicios e ignorancia, arrojando luz sobre un tema siempre latente pero pocas veces asumido y discutido con la seriedad y el rigor profesional que merece. Gracias al descubrimiento del LP-S-14, y a la ímproba y silenciosa tarea de los científicos de Maryland, hoy los cornudos de toda índole podemos quedar en paz con nuestras atribuladas conciencias. Está claro entonces -concluye- que no éramos nosotros los culpables: el virus asintomático las había enfiestado. Tengamos esperanza, no está lejano el día en que lo podamos derrotar".
El Dr. Murney Cáceres dedica Paradigmas y pulsiones en la mujer enfiestada a su amada esposa Jennifer: "A quien con desvelo y constante amor inspiró mi vida e hizo posible durante todos estos años mi vocación de entrega a la labor médica y profesional".

2 comentarios:

Gabriel Báñez dijo...

Cornupio, todo por la ciencia. Abrazo y gracias por la visita.

Unknown dijo...

Mirá vos...las pobrecitas habían sido víctimas del virus ese y uno que pensaba que eran unas reverendas p...